Suecia y el hard rock melódico mantienen un idilio inseparable desde el principio de los tiempos. Uno de los máximos exponentes de esta relación beneficiosa para el amante del género es, sin lugar a duda, Eclipse. El cuarteto liderado por el excepcional vocalista Erik Martensson y el guitarrista y compositor Magnus Henriksson nos deleitan con el que es su noveno larga duración, Wired, continuación directa del exitoso «Paradigm» (2019). Su último trabajo los afianzó, más si cabe, como uno de los reyes del género en el viejo continente.
Para tal labor, les acompañan, una vez más, Philip Crusner a la batería y Magnus Ulfstedt a las cinco cuerdas. Este cuarteto funciona como un reloj suizo (sueco en este caso), y se han aficionado de mala manera a sacar himnos que se quedan impregnados en nuestros ambos hemisferios cerebrales.
¿Qué nos vamos a encontrar en este álbum?
Eclipse cumple a rajatabla la máxima de que lo que funciona, no se toca. Seamos sinceros: no han inventado la rueda dentro del rock, pero dentro del hard rock melódico pocos grupos tosen a los de Estocolmo. No han sido teloneros de casualidad de gigantes como Scorpions o Aerosmith, ni han girado literalmente por todo el globo ganando más adeptos gira tras gira.
En efecto, en este «Wired» vamos a gozar de buen hard rock melódico a lo largo de 11 cortes, donde comprobaremos como Erik ha ido evolucionando en sus dotes vocales, ya de por sí bestiales desde los inicios. También queda en evidencia la evolución de la banda integrando diferentes sonidos más o menos ajenos al género, y todo ello bañado con una producción cada vez más excelsa.
Análisis tema a tema
El pistoletazo de salida lo da «Roses on Your Grave«, y es toda una declaración de intenciones. Un tema rápido, potente, melódico y que evidencia por qué Eclipse a día de hoy son santo y seña del hard rock melódico sueco. Es curioso que no haya sido seleccionado como uno de los adelantos de este «Wired», pues cumple a la perfección la definición de single.
Continuamos con «Dying Breed«, otro corte rápido, algo menos potente que el anterior y donde los coros son los grandes protagonistas del mismo. Un estribillo ultra pegadizo que no podrás sacarte de la cabeza marca de la casa es de lo más destacable del tema.
El primer adelanto que nos brindaron los chicos de Estocolmo fue «Saturday Night (Hallelujah)«, y si antes decía que me extrañaba que cortes como «Roses on your grave» no fuesen singles, es precisamente porque este «Wired» está cargado de tremendos temazos como el que nos ocupa. Una vez más, mezcla a la perfección guitarras con enorme gusto por la melodía, un Erik cantando como los ángeles y una batería marcando el ritmo de forma magistral.
«Run for Cover» probablemente se trate de mi tema favorito del disco. Eclipse nos brinda esta vez un sonido con un marcado regusto a hard rock ochentero, donde Erik demuestra el rango vocal que es capaz de desplegar en un mismo corte. Y sí, llevamos cuatro de cuatro, lo que evidencia que el nivel compositivo de Magnus a día de hoy es envidiable.
Pero después de cuatro cortes a piñón fijo es de agradecer un tema más lento, y aquí es donde entra «Carved in Stone«. Una suerte de balada donde la guitarra acústica es la gran protagonista y donde se nos muestra a los Eclipse más íntimos y preciosistas.
Y continuamos con uno de los cañonazos del larga duración. «Twilight» se nos presentó como último adelanto de este «Wired», ¡y qué adelanto! En este temazo de hard rock melódico de dimensiones siderales se mezclan a la perfección todos los elementos que han catapultado a Eclipse al olimpo del rock melódico: voces y coros prodigiosos, guitarras endiabladamente rápidas y virtuosas, arreglos de primer nivel, una batería que suena mejor que nunca, y como colofón los acordes del himno de la alegría. Y sí, es para estar alegres después del trabajo que se han marcado estos suecos.
Ritmos orientales nos dan la bienvenida en «Poison Inside My Heart«, lo que nos muestra la amplitud de miras de Magnus y los suyos a la hora de introducir novedades sonoras en sus composiciones. Un tema que comienza lento pero que experimenta un in crescendo de la mano de Erik para acabar por todo lo alto. Otro de los mejores cortes del trabajo que no me canso de escuchar.
Ojito con «Bite the Bullet» y el riff de guitarra que nos abre el tema. De lo más cercano al heavy metal que encontramos en la discografía de los de Estocolmo. Y es que continuamos mezclando a la perfección esos elementos orientales, en este caso, con una contundencia más propia del heavy que del hard rock, como dije anteriormente. Resulta curioso porque por momentos me recuerda a «Kiss of Judas» de Stratovarius.
En «We Didn’t Come to Lose» encontramos un rock mucho más macarra y desenfadado, con unos coros marcadamente ochenteros y facilones que lo convierten, siendo un buen tema, en uno de los más flojos de todo este «Wired». Quizás sea por la propia repetitividad del estribillo, pero como digo, corte más que correcto.
Probablemente la parte instrumental de «Things We Love» sea de lo más elaborado de todo el plástico. Un aire folk (de nuevo, con cierto componente oriental) acompañado por las voces dobladas y unas guitarras muy melódicas hacen de esta canción toda una sorpresa para disfrutar una vez tras otra.
A modo de bonus, y para cerrar el trabajo, encontramos «Dead Inside«. Y si pensabais que por tratarse de un bonus iba a ser un tema más flojo que el resto, estabais totalmente equivocados. Un inicio que recuerda poderosamente a «Wild Child» de mis queridos WASP, resulta ser una de las mejores canciones de todo el disco. Un corte a medio camino entre el hard rock y el heavy metal melódico que no hace más que aumentar la calidad del trabajo final.
Conclusión final
Cuando escuchas una y otra vez un disco que supera los 40 minutos de duración y te quedas con ganas de más, es porque el resultado del mismo es de sobresaliente. Y es que este nuevo trabajo de Eclipse no viene más que a reafirmar que a día de hoy están al nivel de los más grandes dentro de su género. 11 cortes que podrían ser ejecutados como un setlist completo y donde no desentonaría ni uno, es muy difícil de conseguir. Estos chicos no componen temas, componen himnos que quedarán para siempre en la historia del rock melódico europeo. Sólo nos falta esperar para ver hasta dónde son capaces de llegar con el tiempo. Yo voy abriendo una cerveza, a ponerme cómodo y a escuchar otra vez este «Wired«. Será por tiempo…
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