Si el viernes 1 de diciembre nos acercábamos a la madrileña sala Mon para disfrutar de Creeper y de Atreyu, el sábado 2 aprovechamos la ocasión para acercarnos a la mítica plaza de toros de Las Ventas, con el objetivo de disfrutar de una dupla de ensueño para los amantes del power metal y metal melódico en general en términos nacionales, nada más y nada menos que Dark Moor acompañando a Wacry en el cierre de su exitosa gira «Daimon Tour».
Y es que he de ser sincero; Dark Moor es una de mis agrupaciones favoritas en suelo patrio, tanto en la etapa de Elisa a las voces, como especialmente en la época en la que Alfred Romero se puso a cargo de la voz en el combo madrileño.
Todo apuntaba una noche memorable. Y spoiler, así lo fue. Con el cartel de sold out colgado varias semanas antes del evento, Las Ventas estaba a reventar. Y una de las cosas que más me gustó, es que para el concierto de Dark Moor, teloneros del evento, unas dos terceras partes del aforo estaban ya presentes, a saber, unas 2000 personas aproximadamente. Éxito rotundo.
Crónica de Warcry y Dark Moor
Concierto de Dark Moor
Y precisamente con el show de los madrileños vamos a comenzar. A eso de las 20:00 horas saltaban al escenario Enrik García (guitarrista, compositor y fundador de Dark Moor) junto a Alfred Romero y sus chicos. Y he de confesar que el cantante gaditano es una de mis voces favoritas a nivel nacional. Tanto él como toda la banda pusieron el toque de calidad, gusto y preciosismo en la fría noche madrileña. Para la ocasión especial, el grupo contó con la colaboración de Javier Díez a los teclados, así como de Óscar Calvo al violín. Además de los mencionados, y como viene siendo habitual, Carlos Delgado se encargó de la batería y Daniel Fernández del bajo.
El primer cañonazo sonoro fue «Mio Cid», reciente versión de su clásico en inglés, en este caso totalmente en castellano. Y cómo le ha sentado el lavado de cara, para llevar escasas semanas publicada gran parte del respetable cantamos como si de un viejo himno se tratara.
De ahí viajamos a su anterior obra Origins, para escuchar uno de los mejores cortes del trabajo, «Birth of the Sun», y es verdad que aún siendo un gran tema, movió bastante menos al público que «Mio Cid».
Seguidamente sonó el que es para mí el mejor tema de Dark Moor (con permiso de la gran ausente de la noche, «The Chariot»), «El Último Rey». Cómo la cantó Alfred, qué ambientación, qué parte instrumental, y qué letra. Es una verdadera obra maestra de principio a fin, y esta vez el público volvió a responder como merece.
Continuamos con otra pieza descomunal de la discografía de los madrileños, como es «First Lance of Spain», que fue igualmente muy bien recibida.
Otra de las joyas paridas por Enrik fue la siguiente en caer. «And for Ever», con Alfred guitarra acústica en mano y cantando a pleno pulmón. El trabajo Óscar al violín en este tema es de matrícula de honor. Un momento realmente emotivo.
Otro de los momentos álgidos de la noche, y el cuál estaba esperando con ganas, era la recientemente lanzada «Héroe del Mar», tema que trata sobre la figura de Blas de Lezo. Y es que Dark Moor en general, y Enrik en particular, tienen una facilidad superlativa para componer canciones con letras espectaculares. ¡Y cómo se cantó ésta!
Con «The Road Again» llegábamos a la recta final del show, el cuál terminó como no podía ser de otra forma con la descomunal «La canción del pirata», que puso a Las Ventas patas arriba.
La principal pega que pongo es que el concierto fue muy corto, hubiese metido 2 o 3 temas más fácilmente, entre ellos el anteriormente citado «The Chariot», pero entendemos cómo funcionan estos eventos. Ojalá dentro de poco podamos disfrutar de Dark Moor como se merecen, con un concierto exclusivamente para ellos, porque cortaron dos orejas y el rabo.
Concierto de Warcry
Y a eso de las 21:15 saltaban a escena los asturianos Warcry. He de decir que los chicos comandados por Víctor García son una de las agrupaciones que más veces he visto en directo a lo largo de mi vida (sobre una docena de ocasiones), estando algunas veces más acertados y otras menos. Teniendo en cuenta que la última vez fue en este pasado Leyendas del Rock y que el concierto fue bastante mediocre en mi opinión, la duda estaba más que justificada.
¡Pero qué va! Vaya despliegue de los asturianos ante los 3000 espectadores. Uno de los mejores directos que recuerdo de ellos, especialmente de Víctor a nivel vocal, y eso que el show se alargó casi a las dos horas y media.
Comenzaron repasando un par de temas de su nuevo álbum Daimon, en concreto «A por Ellos» y «Que se vaya», y la respuesta por parte del público fue realmente sorprendente. Se notaba en el ambiente las ganas imperantes de Warcry.
Que Pablo es un seguro de vida a las seis cuerdas, y todo un espectáculo con sus caras y poses en el escenario, no es nada nuevo. Sabe cuándo darle el relevo a Víctor para que este se dosifique y descanse cuando la situación lo pide, especialmente en shows tan largos. La agrupación clásica la sabemos de memoria, completándola Roberto al bajo, Rafa Yugueros tras los parches, y Santi Novoa al teclado.
Después de los dos primeros cortes cayó la primera bomba de la noche. «Nuevo Mundo» desató la locura entre el respetable, y en lo personal es uno de los cortes que más me gustan de la prolífica discografía de los asturianos.
Pero es que la cosa no acabó ahí. Seguidamente descargaron «Contra el Viento» y una epiquísima «Alma de Conquistador», y Las Ventas se vinieron abajo. A todo esto hay que sumar el espectáculo de luces, pirotecnia en su justa medida, y videoclips y letras en las pantallas, todo un acierto.
Después de otro clásico como «Perdido», tocó volver a Daimon, en esta ocasión con «Desde el Dolor», donde los ánimos se calmaron de forma considerable.
Pero la calma duró poco. Uno de los momentos más álgidos del concierto vino de la mano de «Ardo por Dentro». Qué locura de tema y cómo sonó esta vez en directo. Me emociono al recordarlo.
Y para echar más leña al fuego sonó «Siempre», uno de los mejores temas de uno de mis discos favoritos de Warcry, el genial Inmortal. Y cuando pensábamos que los decibelios no podían aumentar, van y nos sueltan un «Quiero Oírte» que realmente tuvo que oírse en media capital madrileña. Vaya locura de setlist se estaban marcando.
Después de toda esta descarga mantenida hubo un momento para el relax. Pablo se quedó sólo en el escenario por un momento para comenzar una suerte de jam session donde sonaron acordes de Judas Priest, Iron Maiden y Black Sabbath. Un momento agradable y necesario a partes iguales.
La descarga continuó con «Cielo e infierno» y «Cobarde», ésta última una de mis letras favoritas de Víctor, donde se denuncia el maltrato a las mujeres, ¡Y cómo la cantó! Es que las comparaciones son odiosas, pero parecía otra banda y otro cantante comparando con él Leyendas del Rock del presente 2023.
«Coraje» y «Para siempre» fueron las siguientes en caer, y es que es brutal la enorme cuenta de grandes temas que guardan los norteños en su carrera.
«Huelo el miedo» con la proyección de su videoclip completo en las pantallas traseras y laterales, y especialmente «Devorando el corazón» volvieron a subir las pulsaciones a un público que prácticamente no tuvo descanso. Ese estribillo es azúcar puro, pero qué potencia gasta señor mío.
Volvemos a Daimon con «Condenado», una de las piezas más destacables del último redondo. Y justo después, cayó otra de las bombas de la noche, «Capitán Lawrence». Vaya himno imperecedero. Nos dejamos las gargantas con su épico estribillo.
La locura se desató finalmente cuando sonaron los acordes de «Tú mismo», que si no es uno de mis temas fetiche de Warcry, hay que reconocer que se ha ganado a la fuerza la vitola de himno.
Para acabar con el show sin contar con los ya sabidos bises, «Sólo sé» fue la última en sonar.
Y con el público totalmente entregado y cerca del éxtasis, aclamando la vuelta de los asturianos, cayeron de forma consecutiva «La maldición del templario», la preciosa e intimista «La vida en un beso», el espectacular e imponente «El guardián de Troya» (donde ya evidenciamos que Víctor llegó exhausto al final del show) y la mítica «Hoy gano yo» para cerrar finalmente el espectáculo.
Está bien recalcar que el evento tuvo lugar en la plaza de toros de Las Ventas, porque Warcry salieron por la puerta grande. Así sí. «Siempre» es una suerte disfrutar de bandas como Warcry y Dark Moor, y ojalá dentro de poco podamos volver a disfrutar de ambas en carteles tan interesantes como éste.
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