El pasado miércoles 18 de septiembre asistimos al concierto de Vermilia y Litost en Valencia, en la sala 16 toneladas, organizado por el promotor Kivents.
Esa misma noche había otro concierto de metal en Valencia protagonizado por Nile, Hideous Divinity, Intrepid y Monastery. Nosotros lo teníamos claro, ya que tanto Litost como Vermilia nos encantan, así que nos plantamos en la 16 toneladas antes de que empezaran a tocar.
A Litost ya tuvimos la oportunidad de verlos en directo en el Black Orange Fest en Valencia, y nos quedamos tan impresionados con ellos, que decidimos asistir a sus conciertos siempre que nos sea posible.
También teníamos muchas ganas de ver a Vermilia, una artistaza finlandesa que toca un black metal atmosférico que nos encanta, así que aquella noche no podíamos faltar a este evento.
Índice
Crónica de Vermilia y Litost
Concierto de Litost
Los valencianos subieron al escenario puntuales a las 20:30 a falta de uno de sus guitarristas, pero aquello no empañó el conciertazo que se marcaron.
Empezó la noche con «Simún», tema de su último disco Pathos (2023). Este tema refleja la lucha interna de alguien que se siente atrapado en su propia vulnerabilidad y aislamiento, y desde mi humilde punto de vista fue perfecto para empezar a calentar el ambiente.
A este tema le siguió «Cieno», de su álbum debut Ethos (2019). Dani estaba pletórico a la batería, y se notaba que Manri a la voz / guitarra y Luis al bajo estaban disfrutando de lo lindo.
Seguidamente la banda nos presentó «Escombro», una canción muy conocida de su primer disco, el cual era el primer adelanto de la regrabación de su primer álbum Ethos. La banda ejecutó toda la canción a la perfección, y la sala se fue llenando de gente a medida que los valencianos nos sacaban por completo de nuestra rutina diaria.
Entre pasajes atmosféricos fue pasando la noche, y esta vez le tocó el turno a «Tromba», mi canción favorita de la banda. Este tema arranca con unos riffs vertiginosos de la mano de Manri, y el título está perfectamente seleccionado: parece que nos esté cayendo una tromba de agua en este momento. De nuevo, ejecución perfecta, y yo feliz como una niña pequeña de que tocaran este temazo.
Nos acercábamos al ecuador del concierto y, cuando sonó «Limosna», la gente ya estaba metidísima en el concierto. Esta canción, además, es muy divertida, con unos cambios de ritmo muy buenos.
Le tocó el turno a «Galerna», y Dani pudo lucirse a la batería. La verdad es que los baterías de black siempre me fascinan, y aquel concierto fue para darle una medalla.
La siguiente canción fue «Emboscada», otro temazo de su último disco Pathos (2023). Aquí también sonaron unos riffs súper divertidos, y una de las cosas que más me gusta del black es el estado de trance que me produce, cosa que evidentemente se produjo durante este concierto.
Los valencianos aprovecharon aquella noche para hacer un homenaje a Nino Bravo con una cover de «Libre», uno de los himnos del difunto compositor valenciano. Sin darnos cuenta, todos acabamos cantando el estribillo, “como el sol cuando amanece yo soy libre”. En definitiva, aquello fue una gran adaptación de una gran canción.
Para cerrar el concierto tocaron «Tempesta», canción que cierra su primer álbum debut y es la más larga de su repertorio. Esta canción es impresionante y sonó increíble en directo, por lo que fue un broche perfecto para acabar un concierto muy bueno.
En resumen, Litost demostró aquella noche que es una banda que tiene muchas tablas, y estamos seguros de que van a llegar muy lejos con el camino que están tomando. Si todavía no los conocéis y os gusta el black metal, os aconsejamos que os escuchéis los dos discos que tienen, Ethos (2019) y Pathos (2023), son una auténtica pasada.
Concierto de Vermilia
Como comentábamos al inicio del artículo, Vermilia es una banda compuesta por Julia Mattila, artista finlandesa que básicamente toca un black metal atmosférico muy envolvente. Con dos álbumes a sus espaldas, Kätkyt (2018) y Ruska (2022), gracias a Kivents tuvimos la oportunidad de ver a esta artista en nuestra terreta.
El concierto arrancó «Alkusointu» (El acorde de apertura), un tema que consiguió trasladarnos alrededor de una hoguera bajo una noche fría estrellada. El tambor de mano de Vermilia nos invitó a acercarnos al fuego, y nos acercamos tímidamente para escuchar las historias que nos quería contar.
A esta introducción le siguió «Äiti Maa» (Madre Tierra), un pasaje melódico muy pegadizo que nos metió de lleno en el concierto. En esta canción se exploran temas de decadencia, muerte y renacimiento en el contexto de la Madre Tierra, transmitiendo una profunda reverencia hacia los ciclos naturales de la vida.
Los finlandeses nos deleitaron con «Hautavajo» (Fosa funeraria), una canción que tiene un tono oscuro y melancólico, con una profunda exploración de temas como la soledad, la desesperanza y el paso del tiempo. Vermilia rugió y cantó melódicos de una manera impresionante, y nos demostró que es una artista de los pies a la cabeza.
Volvieron de nuevo con «Vedestä Vieraantunut» (Alejado del agua), de su primer disco Kätkyt (2018). Aquí se abordaron temas de desconexión personal de uno mismo y, personalmente, esta canción me parece de las mejores que tienen, ya que la parte instrumental también es una pasada.
El sonido seguía siendo perfecto, y le tocó el turno a «Maisema» (Paisaje). Esta canción nos transportó a un paisaje frío, inhóspito, y la letra nos habla de la relación entre el individuo y un entorno desconocido y frío. El público tarareó su famoso “Leleleleeeee”, y Vermilia rugió entre estribillo y estribillo con una fuerza descomunal.
La banda pasó de un tema un poco más tranquilo a «Poissa» (Lejos), un tema agresivo y rápido que habla sobre la muerte, el duelo y el sacrificio. Reconozco que luego he estado tres días con el “Uuuuuuhhh, uuuuuuhhhhh” de esta canción en la cabeza, desde mi punto de vista es altamente pegadiza.
Vermilia aprovechó aquella noche para presentarnos «Nocturne» (Nocturno), un single publicado este año que formará parte de su nuevo álbum, Karsikko (2025), el cual se publicará a principios de año. Defendieron muy bien este tema en directo, y estamos expectantes por ver qué nos deparará este nuevo trabajo.
Llegamos casi al ecuador del concierto con «Saattaja» (Escolta) y el público seguía disfrutando de aquel despliegue de black metal atmosférico con toques muy folk. Vermilia sacó la flauta y compaginó el canto con el instrumento, y la banda interpretó este tema a las mil maravillas.
Pasamos a otro tema muy disfrutón, titulado «Sanoittaja» (Letrista), donde la vocalista combina canto melódico con gutural a una velocidad pasmosa. Una de las cosas que más me gustan de este tema es la mezcla entre momentos de calma con otros más rápidos, y les quedó perfecto en directo.
Llegó el turno de presentar el último single que han publicado, titulado «Vakat» (Estable). Este tema es probablemente uno de los menos melódicos y más crudos de la banda, con una parte instrumental que me pone los pelos de punta.
Aterrizamos de nuevo con «Ruska», canción homónima a su disco Ruska (2022). Este título no tiene traducción, ya que es un término finlandés que se refiere a los vibrantes colores otoñales, proceso por el cual las hojas cambian de color antes de caer. Sin duda alguna, la canción se centra en la poderosa imagen de la transición otoñal en los paisajes nórdicos, y también he estado toda la semana tarareando su estribillo, “Ruskana maaa”.
También tocaron «Tuonen joki» (Ese río), una canción que hace referencia al río Tuoni, que en la mitología finlandesa es el río que separa el mundo de los vivos del inframundo o reino de Tuonela, lugar donde viajan las almas tras la muerte. Me parece otro temazo de su último disco Ruska, y Vermilia volvió a rugir de una manera impresionante.
Llegamos ya a las últimas canciones de la noche, y la banda eligió «Marras» (Noviembre), una de las canciones más escuchadas de la banda. Noviembre es uno de los meses más duros del año en los países nórdicos, y esta canción hace referencia al tiempo en el que la naturaleza muere y se prepara para el invierno. Melodías muy conseguidas y una batería militar que marca el ritmo, con momentos de calma y a la vez muy agresivos.
Vermilia finalizó el concierto con «Kaipaus» (Anhelo), un tema profundamente nostálgico que reflexiona sobre la pérdida, el paso del tiempo y el anhelo de algo que ya no está. Esta canción te arrastra hasta las profundidades, y en directo me sorprendió muchísimo.
La banda se marchó del escenario y nos dio a entender que aquella era la última canción. Pero, por suerte, volvieron y nos regalaron «Pimeä polku» (El camino oscuro), un single que publicaron en 2020 que no pertenece a los dos álbumes que tienen publicados. En este tema, la protagonista camina por un sendero oscuro, cargada con sombras del pasado, pero mantiene la esperanza de encontrar la luz y liberarse de las ataduras que la mantienen atrapada. En definitiva, un temazo perfecto para acabar aquel gran concierto en Valencia.
Concluyendo el artículo, aquella noche del miércoles fue mágica, y perfecta para desconectar de la rutina en mitad de la semana. Tanto Litost como Vermilia lo hicieron genial, y desde Riff Valley os animamos a que vayáis a este tipo de eventos siempre que podáis. Os aseguramos que es una experiencia con todas las letras, y aquella fue una de esas noches que no se olvidan.
¡Muchas gracias por leer esta crónica! ¿Qué os ha parecido? ¿Estuvisteis en el concierto de Vermilia y Litost? Echa un ojo a otras crónicas publicadas y no olvides seguirnos en nuestras redes sociales:
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