Crónica Black Orange Fest. 16 toneladas, Valencia 2025

El 15 de febrero de 2025 teníamos una cita obligatoria en el Black Orange Fest, festival de black metal organizado por el Metal Orange Club. Celebrado en la sala 16 toneladas de Valencia, nosotros asistimos a su última edición y, nos lo pasamos tan bien, que este año hemos tenido que repetir. Además, el cartel de esta nueva edición pintaba muy bien ya que contaba con bandas de gran calibre: Groza, Otargos, Nakkiga, Marthyrium y Erzsébet.

black orange fest 2025
Cartel del evento

Pido perdón de antemano por las fotos, el móvil que llevo siempre es patatero y, con la poca luz que había, una hizo lo que pudo.

La apertura de la sala fue a las 18:30 y ya me sorprendió ver fuera de la 16 toneladas mucho ambiente. Al entrar, la sala estaba abarrotada, lo cual nos dio una tremenda alegría ya que en estos eventos siempre se agradece ver que la gente responde.

Crónica del Black Orange Fest en Valencia, 2025

Concierto de Erzsébet

Como comentaba, me sorprendió que la sala estuviera tan llena para ser el primer concierto, pero es cierto que los catalanes Erzsébet ya son conocidos en la escena nacional a pesar de su corta trayectoria. Formados en 2020, esta banda de black metal está inspirada en el mito de la condesa Erzsébet Bathory, la asesina en serie más grande de la historia de la humanidad, con nada más y nada menos que 650 muertes a sus espaldas, según Wikipedia. Precisamente, estos crímenes supuestamente motivados por su obsesión por la belleza le han valido el sobrenombre de la Condesa Sangrienta.

Después de este pequeño repaso de historia, el cual nos va a venir muy bien para entender la performance de la banda, nos metemos ya en harina. El concierto arrancó puntual a las 19:00 con «Redemption of Evil», introducción orquestal de su último álbum Six Hundred and Fifty (2024). A los pocos segundos apareció Erzsébet reencarnada, y nos dio la bienvenida con un grito desgarrador, dando paso al siguiente tema de su último disco, «The Chest with the Thousand Spikes».

Erzsebet2
Erzsébet

Solo les costó unos pocos minutos conseguir que el sonido fuera perfecto, y los catalanes ya nos tenían comiendo de su mano en cuanto empezó «The Cage the Torch and Corpses». Le tocó el turno a «Wraiths Behind the Mirror», parte de su EP The Blasphemous Lady (2021); las guitarras y el bajista nos tenían hipnotizados con sus bucles, y la batería nos tenía totalmente a su merced mientras nuestras cabezas seguían su ritmo.

Les siguió «Lunar Liturgy», un tema instrumental que tiene una calidad increíble, e imagino que la Condesa aprovechó este tiempo para cambiar su vestido aristocrático por un camisón blanco, el cual daría mucho juego en las siguientes canciones. Arrancó entonces «Crystaline Sparkles on Bluish Skin», y con la pintura alrededor de los ojos y las lentillas blancas, la vocalista Erzsébet nos ofrecía un espectáculo dantesco. Durante el concierto, se retorció en el escenario, aprovechó para peinarse, bebió de un cubo algo similar a sangre, arrojó una especie de rata muerta al público y acabó con todo el camisón blanco manchado de sangre. La verdad es que aquel concierto estaba siendo una pasada.

Los catalanes tocaron «Darvulia’s eye», volviendo de nuevo a su primer EP, y a esta le siguió una de mis canciones favoritas de la banda, «Wherefore». Esta canción, en concreto, me transporta a otro universo: tiene unas partes melódicas buenísimas, y unas transiciones entre calma y agresividad que me parecen fascinantes.

Se acercaba el final del concierto, y con «Spectral Cortège» nos introdujeron el penúltimo corte de la noche, «Domina Vestra». La banda dominó en todo momento el escenario, y la puesta en escena aquella noche no pudo salir mejor. Cerraron el concierto con «The Blasphemous Lady», con la Condesa arrancando páginas de un libro enorme con una portada negra y llevándose un gran aplauso del público en agradecimiento al concierto que acabábamos de presenciar.

Un colega que los vio en Barcelona ya me dijo que eran buenos, pero reconozco que no me esperaba el espectáculo teatral que vivimos aquella tarde. Sin duda alguna, para mi Erzsébet fueron el descubrimiento de la noche, y ya estoy deseando volver a verlos en directo.

Concierto de Marthyrium

Le tocó el turno a Marthyrium, banda de black metal formada en 2006 originaria de Ferrol (Galicia). Empezaron el concierto con una guitarra distorsionada, abriendo con el tema «Sightless», de su último álbum Through the Spheres of Darkness (2023). Su vocalista, con unos ojos oscuros como la noche y una voz de ultratumba, tenía los brazos repletos de sangre y su presencia era bastante imponente.

Marthyrium
Marthyrium

Los gallegos siguieron con «From the Ashes of a Withering World», un tema de 8 minutos que interpretaron a la perfección, consiguiendo una atmósfera opresiva muy bien lograda. Le tocó el turno a «Rebirth in Death», un tema magnífico con unos bucles sensacionales. Aquí nos dimos cuenta, por los tatuajes, que el bajista de Marthyrium es Balc, vocalista de Balmog, banda de black metal gallega que estuvo en la anterior edición del Black Orange Fest.

La siguiente elección de la banda fue «Abominations», de su disco Beyond the Thresholds (2017). La batería de esta canción es totalmente atronadora y estuvo muy bien trabajada, y la verdad es que aquello estaba siendo una descarga de black metal ortodoxo sin igual.

Para terminar el concierto, la banda interpretó «Through the Spheres of Darkness», otro tema de casi 8 minutos en el cual nos perdimos de nuevo en sus bucles súper atmosféricos.

Concierto de Nakkiga

Les tocó el turno a Nakkiga, un grupo de Euskadi con un largo recorrido que mezcla una gran variedad de estilos: black metal, brutal death, thrash metal, punk… Cantan en euskera y sus letras tienen una temática mitológica y fantástica.

Empezaron el concierto con «Amerasu I», un tema del disco homónimo donde de forma conceptual tratan la vida de Amerasu, la primera abuela. La canción fue perfecta para empezar el concierto, ya que arrancó con calma, seguida de una guitarra distorsionada, unos blast beats sensacionales y la voz desgarradora de su vocalista.

Le siguió «Denbora (tiempo)», una canción con ritmo vertiginoso en la que narran la historia del tiempo como concepto humano. Después le tocó el turno a «Arpa abeslariaren ganbara (la cámara del arpa cantora)», una canción de su último disco titulado Barneko Beldurra (2024). Este corte desprende una energía tremenda mientras relata como en una cámara de una montaña helada vive en forma de energía de odio puro el alma de un ser llamado Ineluki.

Nakkiga
Nakkiga

Los vascos quisieron cerrar la historia de Amerasu con su muerte en «Amerasu III», una canción que, para mi gusto, lo tiene todo: es rápida, tiene un ritmo que se te pega en el cuerpo y os aseguro que es divertidísima de ver en directo. La verdad es que este grupo fue otro descubrimiento de la noche; nunca los había visto en directo y me dejaron muy buen sabor de boca.

Nakkiga selecionó «Errautsak (cenizas)» como el siguiente tema, corte de más de 7 minutazos con el que cierran su parte del split con Arde. En este trabajo hablan del paso del tiempo, y en esta canción se centran precisamente en la última parte, esa en la que todo se transforma en cenizas. Sin duda alguna, una de mis canciones favoritas de las que tocaron aquella noche en el Black Orange Fest.

El concierto llegaba a su fin, y el penúltimo tema que tocó la banda fue «Etsipenaren ardo garratza (el amargo vino de la desesperación)». En este tema la banda aprovecha una analogía para hablar de esos demonios interiores que intentamos aplacar y siempre vuelven, y la verdad es que lo interpretaron a la perfección.  Terminaron con «Dragoiaren Mendia (la montaña del dragón)», una perfecta elección para cerrar aquel concierto con una parte melódica preciosa.

Concierto de Groza

Le llegó el turno al plato fuerte de la noche que todos estábamos esperando: los alemanes Groza. Esta banda de black metal publicó su último disco en septiembre de 2024, Nadir, y me pareció tan bueno que entró de lleno en mi top 3 de mejores discos de 2024. Por tanto, os podéis imaginar las ganas que tenía de verlos prácticamente en mi casa; en cuanto los confirmó el Black Orange Fest no pude sentir más alegría.

El concierto de Groza empezó con la introducción de su último disco, «Soul: iners», con una melodía súper melancólica y tranquila, calando en cada uno de los corazones de los black metaleros que estábamos presentes en aquella sala. La melodía fue ganando velocidad a medida que sonaban los acordes, dando paso a la siguiente canción «Asbest», hasta que empezó a sonar una batería atronadora y nos cayó un tremendo aguacero encima.

La sala estaba pletórica mientras los protagonistas de aquella noche desplegaban todo su arsenal musical. Le tocó el turno a «Elegance of Irony», otro temazo cargado de melodía y emoción, y una servidora se perdió entre los bucles acabando en otro mundo durante los 7 minutos que duró esta canción. Le siguió «The Redemptive End», del disco homónimo de 2021. Esta canción es especialmente pegadiza gracias a los bucles repetitivos, y reconozco que cuando acabó el festival me sorprendí tarareando esta canción sin parar mientras llegaba a casa.

Nos siguieron dando tralla con «Dysthymian Dreams», y un par de crowdsurfings acabaron en el escenario sin ningún incidente. En ningún momento dejamos de sentir esas atmósferas envolventes que tanto les caracteriza, llenas de oscuridad y melodías frenéticas. Los riffs estaban cargados de emotividad y, a pesar de un incidente con una guitarra el cual se solucionó rápido, la banda siguió deleitándonos con el dominio de sus instrumentos.

Groza

Los alemanes volvieron a sus orígenes con «Unified in Void», única canción en este concierto de su primero disco homónimo Unified in Void (2018), y después escogieron «Deluge» para ir terminando el concierto. Este tema de 9 minutos empieza tranquilo, lo cual nos vino muy bien para tomar aire, y aquella canción fue como una montaña rusa de emociones. Recuerdo gritar muy fuerte “take it all away, drag me to the shore, and leave me to the waves”, y quedarme literalmente sin fuerzas.

Pero todavía quedaba una última canción, y qué temazo. Empezaron los primeros acordes de «Daffodils», canción que cierra su último disco en la que colaboran las bandas Karg y Harakiri for the Sky, la cual roza casi los 10 minutos. Volví a pasar de nuevo por un carrusel de emociones sin igual: melancolía, alegría, ira, tristeza. Aquel concierto me vació emocionalmente por completo, y la verdad es que acabé exhausta.

El único “pero” que se le puede poner al concierto es que se me hizo demasiado corto, pero la verdad es que fue toda una experiencia y reconozco que disfruté como una enana.

Concierto de Otargos

Le tocó el turno a la última banda de la noche, los franceses Otargos, que nos deleitaron con un setlist muy variado que repasaba varios discos de su amplia discografía.

Empezaron el concierto con «Incursion of Chaos», de su último trabajo Fleshborer Soulflayer (2021). A estas alturas de la noche nosotros ya estábamos reventados pero, solo con la tralla que dieron en esta primera canción, nos volvieron a cargar las pilas para seguir disfrutando de su concierto.

Le siguió «Human Terminate», de su album Xeno-Kaos (2015), una canción con una melodía súper pegadiza, y la siguiente canción que eligieron fue «N-Universe», de su trabajo Fuck God, Disease Process (2009).

Le tocó el turno a mi canción favorita de Otargos, «Fleshless – Deathless». La entrada a este tema fue espectacular, de nuevo con unos bucles que se me metieron en el cuerpo y ya no salieron de allí. Minutos más tarde volvieron a sus orígenes con «Kinetic Zero», de su álbum homólogo de 2007, tocando esta canción de black metal súper crudo.

Sin casi respirar, la banda entró de lleno en «Four Facets of the Tetragramaton Sinestre», pasando después por «Cyclones of Steel» y «Larva Venum», ambas canciones de su séptimo álbum Fleshborer Soulflayer (2021).

Otargos

Se acercaba el final de la noche, y entonces empezaron los primeros acordes de «Cloning the Divine». La batería seguía sonando sin cesar mientras todos los allí presentes seguíamos el ritmo con nuestras cabezas. Sonó después «Miasmic Armageddon Fog», un auténtico temazo con una batería súper atronadora, y yo no hacía nada más que mirar al batería para saber si seguía vivo después de aquella descarga.

Los Otargos bajaron un poco las revoluciones con el inicio de «Nullabsolut», pero enseguida volvieron a coger velocidad a medida que se iban añadiendo los instrumentos al tema. Este tema de casi 7 minutos lo defendieron a la perfección, y finalmente sonó «Apex Terror», canción que cerró el concierto de los franceses y el festival aquella noche.

Podríamos decir que Otargos fue la banda más cruda de black metal aquella noche, y fue una buena elección para que nadie se durmiera de cansancio después de darlo todo en esta edición del Black Orange Fest.


Para concluir, me gustaría decir que desde Riff Valley os animamos a que vayáis a este tipo de eventos siempre que podáis. No solo son una oportunidad para disfrutar de grandes bandas en directo, sino también para sumergirse en el ambiente de la escena, descubrir nuevos grupos y compartir la pasión por el metal con otros asistentes. Esta edición del Black Orange Fest nos dejó momentos inolvidables, desde la teatralidad macabra de Erzsébet hasta la intensidad abrumadora de Otargos, pasando por las atmósferas envolventes de Groza, la energía de Nakkiga y la crudeza de Marthyrium.

Sin duda, el festival ha vuelto a demostrar que el underground sigue vivo y con fuerza. Ya estamos contando los días para la próxima edición.


¡Muchas gracias por leer esta crónica! ¿Qué os ha parecido? ¿Estuvisteis en el Black Orange Fest? Echa un ojo a otras crónicas publicadas y no olvides seguirnos en nuestras redes sociales:

Comunidad de Telegram: t.me/RiffValleyES
Facebook: facebook.com/RiffValleyEs
Instagram: instagram.com/riffvalleyes
Threads: https://www.threads.net/@riffvalleyes
Twitter – X: twitter.com/Riffvalleyes
Bluesky: bsky.app/profile/riffvalleyes.bsky.social